[1]
El escritor uruguayo Mario Benedetti: “ Su amor no era sencillo": Los detuvieron por atentado al pudor. Y nadie les
creyó cuando el hombre y la mujer trataron de explicarse. En realidad, su amor
no era sencillo. Él padecía claustrofobia, y ella, agorafobia. Era sólo por eso
que fornicaban en los umbrales.
[2] El
escritor guatemalteco Augusto Monterroso: “El dinosaurio”.
[3]
El escritor mejicano Luis Felipe Lomelí: ”El emigrante”
[4]
El mejicano Jaime Muñoz Vargas: “Justicia”
[5] El
escritor venezolano Gabriel Jiménez Emán: "El hombre invisible"
[6]
El escritor español Max Aub: "Hablaba y hablaba...": Hablaba, y
hablaba, y hablaba, y hablaba, y hablaba, y hablaba, y hablaba. Y venga hablar.
Yo soy una mujer de mi casa. Pero aquella criada gorda no hacía más que hablar,
y hablar, y hablar. Estuviera yo donde estuviera, venía y empezaba a hablar.
Hablaba de todo y de cualquier cosa, lo mismo le daba. ¿Despedirla por eso?
Hubiera tenido que pagarle sus tres meses. Además hubiese sido muy capaz de
echarme mal de ojo. Hasta en el baño: que si esto, que si aquello, que si lo de
más allá. Le metí la toalla en la boca para que se callara. No murió de eso,
sino de no hablar: se le reventaron las palabras por dentro.
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